Empieza el invierno: la importancia de cuidarse de las bajas temperaturas
En los últimos años se realizó una investigación en 13 países cuya conclusión fue que un 7% de la mortalidad se debe al frío. El aumento de enfermedades se produce por la disminución de las defensas del sistema inmunológico -causado por las bajas temperaturas, condiciones ambientales como el encierro, la mayor cercanía física y la falta de ventilación de los ambientes- que facilitan los contagios.
Todos conocemos las enfermedades más comunes que surgen durante el frío estacional, particularmente desde que comienza el otoño hasta finales de invierno. La más frecuente es la gripe o influenza, una infección causada por un virus que afecta a vías respiratorias, que se contagia con facilidad de persona a persona y cuyo pico más fuerte tiene lugar entre junio y septiembre.
También existe el resfriado común, que comparte síntomas con la gripe, y que si bien la mayoría de las veces es causado por un virus, puede ser producido por alergias, bacterias o incluso un enfriamiento. Produce congestión nasal, tos, estornudos, dolor de garganta y en algunos casos puede aparecer fiebre baja.
Y ya que mencionamos patologías con una gravedad un poco más intensificada, tenemos que recordar la rinofaringitis, también conocida como infección respiratoria alta, o de las vías superiores. A diferencia del resfriado produce más fiebre, tarda más en curarse, genera congestión nasal más aguda y de no tratarse correctamente puede dar lugar a una laringitis.
Otra enfermedad común del frío es la faringitis, provocada por una inflamación de la faringe o la garganta, produciendo un fuerte dolor en la zona, la cual se caracteriza por el enrojecimiento e hinchazón. Es provocada en el 80% de los casos por un virus, aunque también puede producirse por medio de bacterias. Los principales síntomas son un intenso dolor de garganta, fiebre, ganglios linfáticos del cuello inflamados, dolores de cabeza, musculares y articulares.
Patologías más riesgosas
En general, estas afecciones vinculadas al frío suelen presentar una sintomatología más leve, al igual que las consecuencias. Sin embargo, también hay patologías que revisten cierta gravedad, como por ejemplo la bronquitis y la neumonía.
Con respecto a la bronquitis es importante saber que cualquier virus respiratorio puede provocar o desencadenar en esta patología. Básicamente, consiste en que los bronquios se inflaman y producen mucha mucosidad. Suele aparecer como una evolución de la rinofaringitis y produce tos seca, ardor en el tórax y silbidos en el pecho al respirar.
Finalmente, la neumonía es uno de los estadios con mayor gravedad de las enfermedades respiratorias. Consiste en la inflamación total o parcial del pulmón causada por una infección viral, bacteriana y menos frecuentemente por otros agentes, aunque el 40% de las neumonías tienen orígenes desconocidos.
Los síntomas varían entre fiebre, escalofríos, sudoración, tos con flema, dolor torácico que
aumenta al respirar o toser, dolor de cabeza, muscular y articular, falta de apetito, debilidad y en algunos casos disnea, es decir, dificultad para respirar. La neumonía se confirma, en la mayoría de los casos, con una radiografía de tórax y el tratamiento consiste en la administración de antibióticos. Algunas veces, cuando los casos se agravan pueden requerir una hospitalización.
Cuidados para pasarla mejor
Afortunadamente, la mayoría de estas enfermedades pueden prevenirse tomando ciertos recaudos que debemos reforzar aún más en tiempos de Covid-19.
Lavarse las manos con agua y jabón después de volver de la calle, antes de cocinar o comer y después de ir al baño o cambiar pañales.
Cumplir con el calendario de vacunación.
Mantener los espacios limpios y ventilados
No fumar y mantener los ambientes libres de humo.
Adoptando pequeños hábitos, podemos asegurarnos de que el frío no nos cause problemas en nuestra salud.